Artículo generado por la Psicóloga Paola Atencio
La Otra Cara de la Emigración
Se ha abordado mucho sobre el emigrante, aquel que decide trasladarse de su país de origen a otros espacios, todo lo que puede experimentar, como la nostalgia, el sentimiento de soledad y hasta la añoranza de volver. Pero poco o nada se ha hablado sobre aquel emigrante que no desea regresar por nada del mundo a su país de origen.
El Emigrante que No Quiere Volver: Una Perspectiva Diferente
Para abordar este tema he conversado con varias personas, tanto en mi consulta clínica como fuera de ella, y me he dispuesto a investigar sobre las diferentes experiencias en el ámbito de la emigración desde diferentes perspectivas.
Le pregunté a un grupo de amigos (todos emigrantes) qué ha sido lo más difícil para cada uno de ellos en su proceso de haber emigrado.
Cada uno dio su respuesta; entre ellas, resaltó una en particular: “Yo tengo una realidad totalmente distinta a la mayoría de los que opinaron. Es que yo siempre me quise ir; a mí, más bien, me pasa que yo tengo pesadillas donde estoy regresando a Venezuela. Estoy soñando que estoy en Venezuela y me despierto con la sensación de que es lo peor que me puede pasar”.
Emigrar sin Nostalgia: ¿Es Normal No Extrañar el País de Origen?
Esta perspectiva, en particular, resaltó a todo lo que había escuchado y leído. Además, esta persona me decía sentirse extraño por pensar y sentirse diferente a lo común. Se había preguntado: “¿Es normal que yo no quiera regresar?”, “Yo me siento muy bien y no extraño nada de aquel país que dejé. ¿Soy una persona insensible por sentir esto?”.
¿Qué hay en la otra cara de la emigración?
La decisión de no regresar puede estar acompañada de un alto nivel de estrés y ansiedad, o no. Los emigrantes pueden sentir la presión de adaptarse a un nuevo entorno mientras lidian con la culpa de dejar atrás a familiares y amigos. Pero, en otros casos, la persona experimenta aceptación, llevándola a una adaptación casi imperceptible de emociones contradictorias o negativas para su bienestar. Estas personas han solidificado sus experiencias en el país de origen, teniendo claro lo real que vivían en su entorno, sin la búsqueda de otras aspiraciones o idealizaciones.
Recuerda: la identidad se construye a través de las relaciones interpersonales y el entorno. La ausencia de estas conexiones puede generar un sentimiento de desarraigo, donde el emigrante se siente como un extraño en su nuevo entorno. Esta sensación de alienación puede intensificarse al no poder expresar su historia personal o sus emociones en un nuevo contexto cultural.
Adaptación Cultural y Trauma: Factores que Influyen en la Decisión de No Volver
Otra razón son las expectativas y oportunidades: A menudo, los emigrantes buscan mejores oportunidades laborales, educativas o de calidad de vida. Si encuentran que su nueva vida les ofrece más de lo que esperaban, pueden sentir que regresar sería un retroceso, lo que causa temor hacia aquello que antes era su raíz, su origen (no es igual el temor a lo desconocido, que el temor a algo que era lo más conocido e íntimo para ti, como lo es tu país natal).
La identidad y cultura
La identidad de una persona puede evolucionar con el tiempo. Sin la necesidad de salir de su país de origen, las personas suelen ir transformando sus intereses y comienzan a identificarse con otras culturas opuestas a las del país de origen (esto no quiere decir que rechazan sus raíces).
La variedad cultural está en cada individuo, y por los rasgos de personalidad nos inclinamos más a unos estilos que a otros. Un emigrante puede comenzar a identificarse más con la cultura del país de acogida, facilitando el proceso de adaptación.
Experiencias traumáticas
En algunos casos, los emigrantes pueden haber dejado atrás situaciones difíciles o traumáticas en su país de origen.Esto puede crear una aversión a regresar, ya que podrían asociar el regreso con revivir esas experiencias. Al referirme a experiencias traumáticas, hago mención a todos aquellos eventos, de menor o mayor nivel, que ha atravesado una persona y que han sido una marca fundamental en su vida.
En las causas de las emigraciones, estas experiencias traumáticas son diversas: desde ataques y amenazas políticas, pasando por situaciones económicas deterioradas, hasta la escasez de recursos básicos.
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La separación de familiares y amigos, la pérdida de la red de apoyo emocional y la adaptación a una nueva cultura generan sentimientos de aislamiento. Esta soledad no solo se debe a la distancia física, sino también a la dificultad de establecer nuevas conexiones en un entorno desconocido, por enfrentar un cambio radical, o casi radical, en su entorno social.
Conclusión
Cuando abordamos este tema de manera tan particular, damos cuentas que las experiencias, así como las emociones, son completamente diferente en cada uno. Una persona que siente como pesadilla volver a su país no es sinónimo de que su nuevo lugar llene por completo sus expectativas. Así como una persona que su nuevo país llene sus expectativas no quiere decir que no añore regresar en algún momento a su país de origen. Cada experiencia es única, es por esto que te invito a que analices cómo la vives tú, evitando las identificaciones.
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